lunes, 5 de septiembre de 2022


Patrimonio Inmaterial. Ayuntamiento de Fitero.


El Monasterio de Fitero (1989)

Artesanos de Fitero



MÚSICA y POESÍA

 Poemas de Manuel García Sesma

Columbia, México, 1958

Hacia 1954 emprendí una obra artística de gran aliento, en la que trabajé durante cuatro años. Era una obra de cultura popular selecta, a base de poesía, música y declamación. Compuse con tal fin 80 poemas narrativos; 50 instructivos y 30 festivos, para lo que hice las adaptaciones de música clásica o semi-clásica correspondiente. Mi intérprete fue un buen declamador mexicano: Ignacio Alzate. Fitero-84

El sueño de una noche de verano

La Cuarta Sinfonía de Beethoven 

Los cuadernos de Ana Magdalena 

La Serenata de Schubert

Sueño de Amor

El Cristo del Humilladero


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GRABACIÓN CON POEMAS DE MANUEL GARCÍA SESMA

Con la voz de su autor y música elegida por él mismo.


Saludo a Fitero

La Madre Bescós

La muerte del cisne 

María Rafols

El amor y la muerte

Al Peñón de Ifach

La Sonata Patética

La vengadora de su honra

La última victoria de San Martín

La vacante de California

El Idilio de Bramhs

Ingelborga

La muerte de la Pola

El Himno Austriaco

El pintor del Cam Cam

Simón Bolivar

Un bañista llamado Bécquer

Puesta de Sol

La tartana del Boticario

La silla del Alcalde Oñate

La Cruz de la Atalaya

Horóscopo Nupcial

El viático del Ojin

El Tío Maturrillo

Canción de Primera Comunión

Anita, la del Batán

Sueños de Plata

Sinfonía Matinal

Saludo a Fitero

Pilar

Nocturno Estival

Luciano el organista

La misa de doce

El sobrecito de Tena

El Poba

El Joyero de Walada

El Bañillo

Carretera de Hospinete

A la Virgen de la Barda


lunes, 18 de febrero de 2019

Perseo


Perseo

A la Sra. Adela Maíllo.
Recuerdo de nuestro exilio en el municipio de Saint Maurice d´Ibie.
Con  toda mi simpatía

St. Maurice d´Ibie (Ardèche),
25 octubre 1942

Por: Manuel García Sesma

(Fitero, Navarra, 1902-1991)

Traducción del texto original en francés (ver la página de este mismo Blog: Relatos 1942.

- “Señora: para una mujer que va a ser mamá pronto, este maquillaje no le va... ¿Quiere usted lavarse, por favor...?
Y la Señorita Edith, la sonrisa en los labios, abre ella misma el grifo del servicio.
La interpelada, al principio un tanto sorprendida, un poco más turbada a continuación,  cogió maquinalmente el guante de baño, lo empapó de agua y se limpió inmediatemente su maquillaje. Era una refugiada alsaciana, algo  madura y  un poco más frívola y  coqueta: una de esas mujeres de la retirada de Mayo y Junio de 1940 de las que un miembro de la Academia Goncourt, René Benjamin, ha hecho el retrato un poco demasiado despiadadado en su libro “Primavera Trágica”.
La Señorita Edith era justamente  el tipo opuesto: el tipo de mujer que se toma la vida en serio y no como una mascarada carnavalesca. Primero, no era francesa, sino suiza; una joven mujer puede que pasando la treintena, pero llevándola con holgura: esbelta, delgada, morena, vestida con un uniforme a rayas azules y blancas, con un cuello blanco almidonado. Era  la comadrona del  establecimiento. Porque el lugar dónde esta escena se ha desarrollado era justamente una maternidad: la Maternidad suiza de Elne [1], sostenida por la Cruz Roja de la pequeña República.
Elne es un pueblo del departemento de los Pirineos Orientales, situado en los alrededores de los campos de concentración de St. Cyprien y d´Argelès-sur-Mer. Durante el éxodo de los republicanos españoles en Febrero de 1939, la Cruz Roja Suiza, sección de Socorro a los Niños, se había apresurado en abrir allí una Maternidad, para venir en ayuda  de las refugiadas españolas encinta y  de los niños recién nacidos.
Era entonces ministro del Interior un radical socialista y francmasón notorio: Don Albert Sarraut. Los campos dependían de su autoridad. Por otra parte, en esta época funcionaba ya en Francia la obra de la Santa Infancia, dirigida entonces por el Monseñor Merio. Pero ni la filantropía masónica ni la caridad católica tuvieron la ocurrencia de socorrer especialmente a nuestros infelices mujeres y niños. Naturalmente, ni una ni otra sospechaban tampoco entonces que, al año siguiente, muchas mujeres y niños franceses y pueblos aliados de Francia (Polonia, Bélgica y Holanda) se encontrarían en el mismo caso[2]. Felizmente, la Cruz Roja Suiza – que no miraba la nacionalidad ni la ideología, sino la desgracia – estaba ya allí; y en adelante la Maternidad Suiza de Elne abrió sus puertas no sólo a las futuras mamás españolas, sino  a las de cualquier otra nacionalidad, refugiadas en los campos.
Justo cuando la Señora Adela Maíllo entró allí, al final de Enero de 1941, había una austriaca, una rusa blanca, una judía francesa, una polaca, etc. No obstante, el  contingente más numeroso era siempre el de las españolas.
La Maternidad Suiza de Elne estaba situada a dos kms. del pueblo e instalada en el Castillo de Mirois, un viejo edificio de tres pisos, situado en medio de un jardin. Se disponía de 50 camas, distribuídas en varias  habitaciones que contenían de cuatro a ocho cada una. Estas habitaciones habían sido bautizadas casi todas con nombres de las principales ciudades españolas: Barcelona, Bilbao, Madrid, Santander, Sevilla y Zaragoza. Había otras con el nombre Suiza, Polonia, Marruecos[3] y Paris. Por lo tanto,  todos los niños nacidos en la Maternidad Suiza de Elne eran al principio marroquíes... Era una pequeña habitación blanqueada en blanco verdoso y dotada de una cama, una mesa, un lavabo y un armario conteniendo los ustensilios de la comadrona. Por lo que era ahí principalmente el centro de actividades de la Señorita Edith. A veces esa actividad era verdaderamente angustiante, porque los recién nacidos no querían esperar su turno, y más de una vez, aunque poco a menudo, se llegó a dar a luz sobre la única cama a dos madres juntas. Por suerte para la Sra. Adela Maíllo, Perseo fue desde el primer momento un niño sabio y llegó a este extraño mundo el 19 de Febrero de 1941, sin presionar descortésmente ni a su madre ni a su comadrona.
Perseo era un pequeño español, travieso y guapo, quién, veinte meses después, habría de hacer las delicias de los refugiados de la comuna de Saint Maurice d´Ibie. Pero en el momento de presentarse en este planeta y de pedir una plaza para él, él no era, como todos los recién nacidos, más que un pequeño mamífero rojizo y deforme, pesando 2´770 kg. Tan pronto como la Señorita Edith le tuvo, lo mostró un instante a su madre, después le limpió, le empaquetó y  lo expidió a “Madrid”. ¡Qué cosa más rara! ¡Su mamá, catalana cien por cien, no protestó...![4]
Pues sí; “Madrid” era el redil, la habitación de las cunas de los recién nacidos: una habitación limpia y aseada, rebosante de cunas de mimbre y de inocentes bebés. Cuando Perseo se presentó, rebosaba tanto de bebés  que no había ni una plaza libre para él. Pero la Señorita Betty era espabilada  y enseguida le encontró una provisional, en la cuna de otro pequeño español. Perseo permaneció allí tres días. A partir de entonces tendría su propia cuna.
La Señorita Betty, aunque maestra de "Madrid", no era madrileña ni española, sino suiza. Tenía sin embargo la gracia y el aspecto simpático de una joven muchacha de la Latina o de Chamberí[5].
Para empezar, hablaba perfectamente el español, como la Señorita Edith. Era una muñeca rubia, grande, frágil, bonita y alegre, de aproximadamente 21 años; en fin, el ángel guardián ideal para esta guardería madrileña.
Perseo pasó allí  las primeras 24 horas de su existencia sin moverse ni probar nada, como es de rigor en estos casos, sobre todo en tiempo de restricciones. Pero a partir del día siguiente, comenzó a viajar y  a devorar de una manera alarmante. Cada tres horas, iba de "Madrid" a "Zaragoza"; no en avión - Zaragoza dista de Madrid  algunos centenares de kilómetros -, sino en los brazos de Betty. En "Zaragoza" - la habitación donde se recuperaban las mujeres que habían dado a luz-, su madre lo amamantaba seis veces al día. Pero la pobre madre, tras las privaciones del campo, no era demasiado fuerte, mientras que Perseo mostraba una voracidad de lobo. Por lo que, tres semanas después, fue necesario reforzar con biberón la lactancia materna. Sin embargo incluso con este refuerzo, este pequeño Lucullus en bañador no se satisfacía. Siendo la ración normal de biberón de 120 gramos de leche, el pequeño Perseo tomaba siempre de 160 a 170 gr. ¡Bah! ¡Estaba en el país de Pantagruel!
Naturalmente, después de haberse atiborrado así, el niño dormía como un ángel. No molestaba  a la Señorita Betty más que a la hora de despertar. Si hubiera sido mayor, habría sido necesario despertarlo más de una vez a bastonazos. Pero la guapa enfermera no dispensaba golpes, sino caricias. Gracias a este régimen, Perseo, 50 días después de su nacimiento, ya pesaba 3' 5 kilos.
Mientras tanto, su madre había dejado la cama y había ido de "Zaragoza" a "París". Después de dos años de estancia en Francia, valía la pena visitar su capital - debió pensar la Sra. Adela. ¡Incluso en marzo de 1941...!
Pues sí, el "París" de la Señorita Isabel no era precisamente el del General von Stülpnagel... Allí, como en toda la zona ocupada por la Maternidad Suiza, la autoridad no se imponía por la fuerza, sino por la dedicación y la dulzura. La Señorita Isabel, la directora de la sección, era una joven de unos 25 años, rubia, esbelta, hábil y simpática. Era también suiza, como sus dos colaboradoras, y hablaba correctamente el español; pero no llevaba uniforme.
Las normas de la dirección eran, para la disciplina, una firmeza fina; y para el régimen, el orden, el buen tratamiento y la tolerancia. Las tres señoritas suizas sabían imponerse siempre de la manera más categórica y más agradable. Por otro lado, el orden en la casa era total. No dejaba nada que desear. Cada lunes, la Señorita Isabel distribuía los servicios de la semana entre los refugiados que se encontraban en estado de asumirla. La higiene era perfecta; la comida adecuada y abundante; el respeto a las creencias absoluto. Se bautizaba a los niños cuyas madres lo pedían expresamente; pero ninguna presión a este respecto. Y por otra parte, nada de rezos colectivos ni de catequesis impertinentes[6].
Cuando la Sra. Maíllo tuvo que dejar la casa con su niño, el 11 de abril de 1941, fue con verdadero pesar y con un inmenso reconocimiento hacia estas tres suizas ejemplares. ¡Desgraciadamente! El panorama iba a cambiar completamente para ella y su niño. ¡Otra vez el campo de concentración con sus alambres de espinos, sus gendarmes, sus ratas, sus piojos, su escasez y su miseria...!
A pesar de todo, en el campo de Argelès había también una caricatura de Maternidad, instalada en la barraca B9 del campo de mujeres. Precisamente conocía bien muy esta clase de campamento de barracas por haber habitado el B14, durante los meses Julio y agosto de 1940, tras el armisticio francoalemán del 25 de junio. Pues bien, aquélla era una barraca como las otras, con la única diferencia de tener parquet, disponer de alumbrado eléctrico y de estar dividida en tres compartimentos: uno para las madres, otro para los niños y el tercero para Nati, una joven mujer española encargada de la dirección. Los bebés allí tenían pequeñas cunas de madera. Cada noche los bebés eran supervisados por dos madres que se relevaban a las dos horas de la mañana. Cuando la Sra. Maíllo se instaló con Perseo, había aproximadamente veinte niños y una docena de madres. La diferencia se explica porque casi la mitad de las madres tenía otros niños mayores, colocados en otras barracas y preferían dormir allí con éstos.
Durante el invierno, el compartimento de los niños tenía una estufa de carbón para calentarlos. Y eso era todo. Nada de agua ni de los medios de higiene infantil más elementales. Para limpiar a los niños, las madres tenían que ir a buscar agua en las cocinas del campo que, ciertamente, no se la proporcionaban siempre.
El régimen alimentario de las madres que amamantaban era exactamente el mismo que el del resto de los refugiados. A las siete de la mañana, café solo, pero bien mojado... Al mediodía, un plato de nabos solos o con alcachofas y un poco de mermelada o fruta. A veces se añadían una o dos sardinas saladas y un cuarto de vino; y una vez por semana aún se daba un pedazo de carne. En cuanto al pan, se distribuía diariamente un pan de un kg para tres personas, es decir, 333 gr. de pan para cada madre. Por supuesto, este kg. de pan no era siempre real, sino teórico. A las 18  horas de la noche, misma comida que al mediodía.
Para los niños, el racionamiento era similar. El Campo no hacía ninguna distinción en consideración suya. ¿Qué esperaban? La Comandancia del campo no estaba compuesta precisamente por profesores de Puericultura. Afortunadamente,  la Sección de Socorro a los  Niños de la Cruz Roja suiza seguía ayudando a los niños encerrados en los campos. Proporcionaba diariamente un litro de leche para cada lactante, y daba a los otros niños leche por la mañana y un bocadito a base de mermelada o queso por la tarde. Estos bocaditos también se distribuían cada día a las madres.
Cuando un niño caía enfermo, se le transfería al Hospital General del Campo. Si aún era lactante, se permitía a la madre instalarse con él. En caso contrario, la madre no podía verlo más que los días de visita, es decir, dos veces por semana, por la tarde. Por otra parte, cuando los niños se portaban bien, las madres necesitaban un permiso para sacar a sus bebés a tomar el sol entre los alambres de espinos. Así fue pues cómo Perseo y su madre vivieron en el campo de Argelès-sur-Mer alrededor de un mes. Afortunadamente el pobre bebé no se daba cuenta de nada.
Hacia mediados de mayo de 1941, como el resto de los niños de Argelès, se le transfirió al campo de Rivesaltes, situado también en los Pirineos Orientales. La transferencia tuvo una consecuencia trágica. Una cincuentena de niños sucumbieron en algunas semanas. Pero Perseo aguantó valientemente. Entonces, la Cruz Roja Suiza pidió y obtuvo la transferencia de los supervivientes más amenazados a su colonia infantil de Banyuls-sur-Mer. Perseo permaneció in situ.
Sin embargo este lugar no era muy cómodo. Para no cambiar demasiado, como Argelès más o menos. En primer lugar, la Sra. Maíllo fue instalada con su niño en el islote J, barraca 21. Luego, cuando Perseo alcanzó seis meses, pasaron ambos a la barraca J15; seis meses después, a la barraca J29; y finalmente, cuando el bebé tuvo quince meses, a la barraca J33. Al mando del campo de Rivesaltes  no había ningún discípulo de Marie Montessori ni del doctor Variot; pero, finalmente, el trato era algo más razonable. Para empezar, el racionamiento de los niños era también en principio el mismo que el de los ancianos, pero con esta diferencia: ni vino ni  café, y solamente cien gramos de pan al día. En compensación, se daba medio litro de leche al día a cada niño a partir de un año.
Por otra parte, los auxilios de la Cruz Roja Suiza estaban allí perfectamente organizados. Se proporcionaba diariamente a los lactantes de hasta un año un litro de leche; de uno a tres años, una buena ración para dos comidas de arroz o bledine; de tres a seis años, solamente el arroz; y de seis a catorce años, leche y arroz o puré. Las distribuciones eran hechas regularmente por la sede Central de Auxilios a los Niños, residente en calle de Tarn,71 (Toulouse).
Por lo demás, la instalación de Rivesaltes era tan miserable como la de Argelès. Y, bajo algunos aspectos, aún más penosa. Así, por ejemplo, la barraca de los bebés tenía una estufa, como en Argelès; pero no se proporcionaba ni carbón ni madera para encenderla. Entonces las madres, para no dejar fallecer de frío a sus niños, se veían obligadas a ingeniárselas para encontrar combustible en el campo, lo que no era fácil y, además, daba a menudo lugar a detenciones. ¿Pero a qué no hará frente una madre para defender la vida de su niño...?
Los temores de la Comandancia del Campo tras la crisis de mortalidad infantil a principios del verano de 1941, les  inspiraron medidas un poco inhumanas. Por ejemplo, la de no permitir a una madre cohabitar con dos hijos de menos de tres años y la de prohibir a un niño visitar su hermano pequeño, residente en la Maternidad del Campo. Pero finalmente estas medidas se derogaron, tras una inundación que pudo convertirse en una catástrofe.
Cuando un niño caía enfermo, se le transfería a la Enfermería General del Campo; pero no se permitía el acceso de la madre más que para amamantarlo, si era lactante. Aunque, naturalmente, podía verlo los días de visita, es decir, jueves y domingos. Afortunadamente para su madre, Perseo no tuvo nunca necesidad de ser trasladado a la Enfermería.
No obstante, uno se imagina fácilmente que la vida en estas condiciones no era muy agradable, y no se sorprenderá de que un bello día la Sra. Maillo finalmente había decidido dejar el campo con su hijo, en el plazo más corto posible. Era el mes de marzo de 1942. Perseo tenía más ya de un año y permanecía en el campo de Rivesaltes desde hacía diez meses. Su padre, que estaba enrolado en el 410 Grupo de Trabajadores extranjeros en Perpiñán, había sido obligado a volverse con éste a zona ocupada en julio de 1941. Trabajaba por lo tanto en St Malo, la pequeña patria de Chateaubriand y de Lamennais. Su hermano mayor, José, permanecía conmigo en el 160 G.T.E. en San Mauricio de Ibie (Ardèche). Un día José Mailló me dijo: "Querría traer aquí a mi cuñada y mi pequeño sobrino. Ya sabes, siguen en el campo de Rivesaltes y la vida allí no es bonita para ellos. Adela me comunica que con un contrato de trabajo, se le permitiría dejar el campo."
"Muy bien - le respondí. "Cuenta conmigo para hacer las gestiones necesarias."
Inmediatamente, visitamos al Sr. Arsac[7], el alcalde del municipio, y al Sr. Arrassipé, un ingeniero jubilado que se comprometió a tomar a la Sra. Adela Maíllo como costurera para su mujer y su hija.
 - Ya ves, está hecho - le dije a la salida. Antes de acabar este mes, tendrás aquí a tu cuñada y tu sobrino.
 ¡Pero... Maldición! No habíamos tenido en cuenta el espíritu de papeleo de la Administración francesa. ¿Puede creerse? Para enviar a Francisco Maíllo a trabajar en zona ocupada, una simple orden y dos días de viaje bastaron. ¡Por el contrario, para sacar a su mujer y a su hijo de un campo de concentración, fueron necesarios siete meses de traslado de papelotes...!
         Pero por fin, un bonito día de octubre de 1942, aterrizaron ambos, de improvisto, en el municipio de San Mauricio de Ibie. Inmediatamente les instalamos como es debido en nuestro hotel de refugiados. Era un viejo tugurio del pueblo compuesto de dos partes: una habitación y una cocina. En la habitación dormíamos tres camaradas: dos catalanes y yo; en la cocina se había hecho un pequeño apartamento con dos coberturas y allí dormía una joven pareja aragonesa. Entonces, para colocar a la Sra. Maíllo y Perseo, se improsivó al lado, en la misma cocina, otro minúsculo compartimento con otras dos coberturas; y hete aquí nuestros dos huéspedes instalados "como es necesario..." Pero bueno,  en cualquier caso, aquí hubo un hogar de siete personas, en su mayor parte no unidas por vínculos familiares, llevando a pesar de todo con armonía una vida de familia, en dos docenas de metros cuadrados. Naturalmente, para hacer milagros similares era necesario ser antes un refugiado español.
         Por supuesto, el pequeño Perseo pasó a ser, desde el primer momento, la alegría de la casa. Era, ciertamente, una joya: guapo, gracioso, inquieto, travieso y cariñoso. En esta época tenía ya veinte meses y pesaba 12' 800 kg Sus ojos eran azules; su cara, regordeta; su cabello, de rizos de oro. Saltaba como un cabrito, y parloteaba como un loro. Su jerga era pintoresca: una especie de esperanto particular. Figuráos: su madre catalana, como mis camaradas Mateu y Masip; la pareja aragonesa y yo hablábamoscastellano; y en el pueblo el pequeño sólo oía el francés. Entonces nos saludaba: "Kapalel, uva [8]"; y decía a su tío negándose: "no vull[9]".
            Por otra parte, ¿No había nacido de padres españoles en una región francesa, en una maternidad suiza y en una habitación marroquí...? ¡El colmo Dios mío, el colmo!
Como todos los niños de su edad, rompía todo lo que encontraba a mano y se divertía ruidosamente con todo y con todos. Por las tardes, me gustaba ponerlo a menudo sobre mis rodillas y jugar alegremente con él. El pobre niño apenas tenía juguetes para divertirse; sin embargo encontró uno estupendo: un gato. Teníamos un pequeño gato, suave y paciente, para cazar a los ratones. Y bien, Perseo la tomó con él desde el primer día, y  la cola del pobre animal siempre estaba tensada entre sus manos, como la cuerda de un arco.
Como Perseo entraba entonces en el período de la imitación, comenzó muy temprano las prácticas de los hombres: a fumar, a gastar el dinero y a enamorarse... Un día, Masip habiéndole puesto entre los labios, para divertirse, un cigarrillo no encendido – quede claro -, el pillo de Perseo se puso a gesticular como un fumador.
Comenzó también a gastar el dinero de su madre de la manera más alarmante. ¿Saben cómo? Rasgando todos los billetes que encontraba al alcance de su mano. Billete cogido, billete despedazado. Por supuesto, entonces  ignoraba completamente la existencia y las devastaciones de la inflación; pero tenía, se ve, la intuición que todos estos papeles, sucios y feos, sólo serían buenos, a corto plazo, para encender el fuego...
El enamoramiento del pequeño Perseo fue algo de más sorprendente. ¡Asombráos! ¡Se enamoró de la Sra. Geneviève Guitry...! Sin broma. Desde hace algunos meses, tenía sobre mi cabecera un gran retrato de la tercera mujer de Sacha. Lo había recortado de la revista "7 días" y lo había enganchado en la pared de mi habitación. Pues bien, Perseo se enamoró de la carita de la guapa Geneviève y subiendo de vez en cuando sobre mi jergón, se ponía a abrazarlo amorosamente. ¡Diablo de niño! [10]
La sombra benefactora  de la Cruz Roja Suiza siguió protegiéndolo incluso en la aldea de los Salelles. En Ginebra, la cuna del autor del "Emile", Perseo tenía algunas madrinas misteriosas: Srtas. Berney, que vivían en el número 18 de la calle Dassier. Eran hadas buenas que no lo conocían. Y bien, razón de más para reconocer su beneficencia y su desinterés.
¡Bendito país este pequeño país de Suiza en el que las mujeres se preocupaban generosamente en salvar la vida de los niños desafortunados del Continente, mientras que los otros se atacaban entonces con ferocidad para  destruir la civilización y la humanidad...!










[1] La maternitat d´Elna, bressol dels exiliats, de Assumpta Montellà i Carlos. Editorial Ara Llibres.
[2] Sería sin embargo injusto silenciar los auxilios prodigados en los primeros momentos por los partidos obreros franceses y sobre todo por los institutores e institutrices del Sindicato Nacional.

[3] Se ha respetado la ortografía española de todos estos nombres.
[4] Entre catalanes y castellanos había a menudo un poco de desacuerdo.
[5] Barrio popular de Madrid.
[6] Era el mismo espíritu de Adèle Kamm - una pequeña santa protestante de Lausana - respecto a sus mariquitas. Las suizas saben ser, como ninguna otra mujer de Europa, profundamente religiosas y escrupulosamente tolerantes.

[7] Era el alcalde de Saint Maurice. Menú de bodas de Robert Arzac, hijo del Sr. Alcalde de Saint Maurice, celebradas en Vogüe, 8 de septiembre de 1942, en presencia de 100 huéspedes: Entremeses variados (Melón congelado Oporto/Jamón del país, aceitunas y mantequilla/Menestra de verduras; Entrantes: Cabeza de ternera salsa real/Bocaditos de la reina/Truchas salmonnadas meunière/Encebollado de liebre San Huberto/Judías verdes a la inglesa. Asados: Gansos asado/Pollos de grano/Piernas de presele/Ensalada temporada, Postres combinados: Helado en molde Paulette/Tarta de Saboya/Uvas, Melocotones, Turrones/Píldoras Pequeñas combinados al horno /Chocolatés pralinés; Vinos: Rojo Costas de Setras/Blene Hermitage/Negro Costas del Ródano/Champagne Espumoso; Café, Licores.


[8] Raphaël: des raisins.
[9] No quiero.
[10] Desgraciadamente nuestro humilde hogar de Saint Maurice no duró mucho tiempo. Siendo disuelto el Grupo 160 el 31 de octubre de 1942, debimos  retirarnos a las Salelles, una aldea del mismo municipio. Perseo y su madre tuvieron que instalarse con la pareja  aragonesa en una pocilga...!; yo, en una pequeña buhardilla, fría y  oscura. Como desde entonces ya no trabajaba en la Oficina del Grupo, sino en el bosque, como el resto de mis compatriotas, sólo veía al niño de vez en cuando. Aún así,  cuando lo visitaba o lo encontraba por casualidad, me llamaba siempre afectuosamente: ¡Amuraci, Amuraci! Cuando no iba a la cantera, escribía a veces en el tugurio de su madre. Entonces ésta pedía al niño: ¿Qué hace Amuraci? Y Perseo respondía invariablemente: " cribir a papa " (escribir a papá). ¡Pobre niño!



domingo, 26 de agosto de 2018

Angelita Luis Díaz


ANGELITA LUIS DÍAZ

In Memoriam

Angelita Luis y Manuel García Sesma





































                                                 Carta de Manuel G. Sesma a Angelita Luis en 1990

IN MEMORIAM

Mª Ángeles Luis Díaz, que nació en Fitero en el año 1928, murió el pasado día 24 de agosto a la edad de noventa años. La Banda de Música de Fitero ha acompañado sus restos hasta el Cementerio de Fitero interpretando piezas de su padre, 
Hija del compositor Lorenzo Luis Yanguas, fue una fiel defensora y difusora de la enorme obra musical de su padre. Presidió los actos del I Centenario de Manuel García Sesma (1902-2002), intelectual fiterano, que escribió la primera biografía de la vida y de la obra de su padre, publicada en su libro "Miscelánea Fiterana" (1981), editado por el M. I. Ayuntamiento de Fitero y recogida en este Blog. En su libro "Poemario Fiterano" (1969), Manuel G. Sesma le había dedicado un poema, "La Banda del Carrascas", que reproducimos a continuación.
En la foto, se encuentran delante el kiosko en el que figura una placa dedicada a su padre.
Adjuntamos, así mismo, la carta que Manuel García Sesma escribió a Angelita Luis con motivo de la recepción de esta fotografía.
Descanse en paz una gran fiterana y una fiel defensora de enorme obra musical de su padre.

Jesús Bozal Alfaro

En este blog, recogemos la biografía escrita por Manuel García Sesma e iremos añadiendo más datos sobre Lorenzo Luis Yanguas.


LA BANDA DEL CARRASCAS


Entre los recuerdos
gratos de mi infancia,
figura la Banda
del sin par Carrascas.

Era la alegría

de los fiteranos,
en los grandes días
festivos del año;

y tenía fama,
en todo el distrito,
de ser una banda
de mérito artístico.

Para mi, era entonces
-sólo a ella oía -,
el mejor conjunto
musical que había;

y admiraba, ingenuo,
a Lorenzo Luis,
como a un verdadero
mago del atril.

No era ciertamente
un Arbós o un Villa;
pero sí, un buen hombre
y un valioso artista.

Sabía su oficio
y no se escapaba
a su fino oído
ni una nota falsa;

Y era al mismo tiempo
director e intérprete,
haciendo proezas
con el clarinete.

Componía piezas
garbosas y aladas,
que, en bastantes pueblos
de España, bailaban;

y es seguro que,
en campo más vasto,
nuestro humilde artista
habría triunfado.

Pero prefirió
vivir en Fitero,
haciendo de músico
y de cafetero.

En las Fiestas típicas
de Nuestra Patrona,
su Banda tocaba
a todas las horas;

tan pronto escoltando
al Ayuntamiento,
como actuando en bailes,
toros y conciertos.

Lo recuerdo aún,
durante la Ronda,
sudando a torrentes
entre las antorchas;

y el flamante Alcalde,
don Gervasio Alfaro,
levita y chistera
luciendo en tal acto.

¡Qué tiempos aquellos
de mi pubertad,
tranquilos y alegres,
que no volverán!

Abandoné el pueblo
y no oí ya nunca
del genial Carrascas
la vibrante música;

en cambio, escuché
en España y fuera,
a famosas bandas
y a grandes orquestas.

Mas aún los ecos
resuenan en mí
de los pasacalles
de Lorenzo Luís.

México D. F., 8 de abril de 1963

sábado, 30 de septiembre de 2017

Manuel García Sesma en Gurs

MANUEL GARCIA SESMA EN GURS
(Fitero, 1902-1991)

Manuel García Sesma permaneció en el Campo de Concentración de Gurs desde el 8 de julio de 1939 hasta el 16 de enero de 1940.

Allí continuó su labor literaria, escribiendo los dos poemas que se publican a continuación. Y allí recibía las cartas de Suzy Valats, una estudiante de magisterio en la Escuela de Albi. Cartas que le salvaron, tanto a nivel personal como intelectual. Por primera vez, y en agradecimiento a este homenaje, publicamos a continuación la carta que esta mujer le escribió a Gurs el 13 de julio de aquel mismo año.

El recuerdo y el homenaje no llegan tarde. Luchó, Manuel García Sesma, luchó Julián Antonio Ramírez, y lucharon fiteranos y navarros, por un mundo en paz. Gracias. 




"El 8 de julio de 1939, fui trasladado al campo de Gurs (B.P.), llamado el Campo de los Vascos. Estaba bastante bien organizado, sobre todo la parte Norte, reservada a los Brigadistas Internacionales, en la que hicieron paseos y jardines, levantaron estatuas y abrieron cantinas. También había un próspero Economato Vaco, que el 31 de julio de dicho año, acusó un beneficio líquido de 15.007´15 francos. Por supuesto, en Gurs también había un Barracón de Cultura, un Hospital General, una Banda de Música, coros, etc.  y seguimos publicando el B. I. P. E. Su mayor inconveniente era la abundancia de una mala compañía: las ratas.
Permanecí en este campo hasta el 16 de enero de 1940, en que salí enrolado en la 184 C.T.E., para trabajar en el departamento del Maine et Loire. Mis estancias sucesivas en los Campos de Saint‑Cyprien y Gurs duraron 347 días.” (Revista Fitero 94)


Poemas de Manuel García Sesma en el Campo de Gurs

PASODOBLE DE GURS


A Regino Sorozábal, en recuerdo de la velada musical,
celebrada en la barraca 11 del islote A,
el 24 de Noviembre de 1939.


Pasodoble castizo español,
en el campo fangoso de Gurs:
fuga alegre de mi corazón,
en potro de luz,
hacia el bello jardín de ilusión
de la vieja Iberia,
de mi amada tierra,
paraíso de oro, de grana y de azul.
Nostalgia vibrante de España,
clavada lo mismo que un puñal de acero,
 - daga del destierro -,
en lo más profundo de nuestras entrañas...
Voces sin sonido,
voces misteriosas
de la madre, la hermana o la esposa,
voces de los hijos que llegan de lejos,
traspasando el muro de los Pirineos
y desgarran nuestros corazones,
igual que las garras de hambrientos leones...
Pasodoble castizo español,
en el campo fangoso de Gurs:
nuestro triunfo gayo de clan fanfarrón,
que baila un castizo fandango andaluz,
dando taconazos, con gesto chulón,
sobre la cubierta del propio ataúd...
Sonrisa de gente bravía y jovial,
a la que no abate la infelicidad...
La miseria, el odio y la estupidez,
sirviendo de temas de alegres cuplés...
La postura gallarda y heroica
de nuestros toreros,
burlando con una graciosa verónica,
a los piojos, al hambre, a los negros...
Pasodoble castizo español,


en el campo fangoso de Gurs:
Manzanilla y flores y orgía de sol,
en el aquelarre de Belcebú...
La buenaventura, picaresca y bruja
de nuestras gitanas,
ahuyentado los búhos del tedio,
de los techos tétricos
de nuestras barracas...
Zarabanda de majas juncales,
que nos quiebran las duras cadenas,
desarmando a los hoscos gendarmes,
al repiqueteo de sus castañuelas...
Claveles de sangre de nuestros pensiles,
sobre la negrura de nuestro pantano,
y el cascabeleo de nuestros Madriles,
prendido en la gloria de nuestros harapos...
Pasodoble castizo español,
en el campo fangoso de Gurs:
Carcajada de bravos de humor,
que se ríen de su esclavitud,
porque saben que ningún tirano,
ni propio ni extraño,
jamás consiguió convertir en un manso borrego,
al fiero, indomable y soberbio
León español...

Campo de concentración de Gurs,
25 de Noviembre de 1939


Regino Sorozábal, que vivió en el islote D del Campo de Concentración de Gurs, era el Director del Conservatorio de Vitoria, hermano del famoso compositor de zarzuelas, Pablo Sorozábal. Organizó el Orfeón Vasco de Gurs, masa coral de 200 voces, que se distinguió desde la Fiesta del 14 de julio en el Campo, en conmemoración del 150 aniversario de la Revolución Francesa. (Julián Antonio Ramírez, carta del 21 de enero de 2001.)



30

DOLOR


Sí, sí. Yo te esquivaba, yo te huía.
Cuando un día me dieron la noticia
de que habías llegado con la pierna
amputada, a esta cárcel maldita,
sentí en toda mi carne
la horrible sensación de escalofrío
del que, al azar, un día se tropieza el cadáver
de un hermano perdido.
Lo mismo que un relámpago,
brilló en mi alma al punto un vivo anhelo
de volar a tu lado,
a llevarte un mensaje de consuelo fraterno
y de calor humano.
¡Pobre amigo entrañable, mutilado español,
arrastrando en silencio tus insignias de sangre,
por los campos trágicos de concentración!

Sin embargo...
Aquella misma tarde de otoño, gris y fría,
hundiendo sus muletas en el espeso fango,
vi pasar, a lo lejos, como una pesadilla,
un espectro encorvado.
Te conocí. Eras tú.
¿Tú, efectivamente, amigo mío..?
¡Oh!, no. No era verdad.
Aquél no era el oficial bravío
de Borjas y Montblanch.
No era aquél el estudiante majo
de los tiempos de Mola, de los que,
con las tejas de San Carlos,
quebraron la Corona.
Aquél no era el luchador romántico
de la FUE de Madrid,
que naciera luchando contra el fascio
y en la lucha contra él supo morir.
¡Oh! no. Tú no eras aquél. Era... ¡tu sombra!

Era la imagen de una tragedia honda. 



Carta de Manuel García Sesma a Suzy Valats estando en Gurs

Gaillac, le 13 Juillet 1939


Manolo, petit ami chéri, j´ai vécu avec vous des heures bien angoissantes.  Depuis que vous m´avez annoncé votre départ de St. Cyprien, j´attendais si anxieusement votre lettre! Et vous voilà à Gurs, là où sont partis les miliciens qui étaient venus à la Croix Rouge à Gaillac. Ils logeaient en face de chez moi et étaient très souvent à la maison. Mais lorsqu´ils ont été guéris il a fallu qu´ils partent, nous les avons bien regrettés car ils étaient très gentils.
Je vous en prie de tout mon coeur, mon petit Manolo, il ne faut pas se laisser aller au chagrin. Cela me fait déjà tant de peine de vous voir malheureux. Ah! si je pouvais faire quelque chose pour vous sortir de cet enfer où vous vivez. Mon petit, si vous ne pouvez vous évader corporellement, partez du camp par la pensée, allez bien loin à travers les montagnes et la plaine, venez jusqu´ici. Là je vous attends toujours, vous le savez, à tout moment je pense à mon petit ami chéri. Je sais que dans ces camps on ne peut y vivre, au beau sens du mot, mais les gendarmes et les fils de fer barbelés ne vous empêcheront pas d´avoir pour vous sentir une intense vie intérieure, si belle et si forte que vous en oublierez ce qui vous entoure.
Oui, mon Manolo, j´ai reçu vos trois dernières lettres, d´abord celle qui contenait votre cahier de poésies que j´ai trouvées plus que belles, magnifiques. Je crois d´ailleurs vous en avoir parlé dans une lettre que je vous ai envoyée à St. Cyprien.  Si vous ne l´avez pas eu dites-le moi.  Puis une deuxième à laquelle j´ai répondu le matin où vous m´annonciez votre départ et que sûrement vous n´avez pas reçue.  Je ne crois pas qu´on prenne la peine de vous l´envoyer, mais dites-le moi si par hasard on le faisait.
Il faut que vous ayez du courage pour traverser cette épreuve, beaucoup de courage, chéri; mais essayez d´oublier tout cela, tout ce qui vous entoure. Je suis toujours près de vous en pensée. Ah! si je pouvais y être réellement, je vous promets que vous ne seriez pas malheureux. Quelles belles heures nous passerions ensemble, n´est-ce pas? Peut-être un jour...

            Maintenant que je suis en vacances je vous écrirai plus souvent qu´à l´ école (qu´est-ce que cela va être!). Vous aussi, n´est-ce pas?  Vous serez libéré de votre travail de St. Cyprien, du moins en partie, alors je vais vous demander quelque chose. Pourrez-vous me faire de longues lettres et m´écrire plus souvent? Je serais si heureuse si vous le pouviez.  Vos lettres me font tellement plaisir et je suis si contente de les recevoir.
Mercredi je pars de Gaillac pour aller passer un mois à St-Antonin, une petite ville du Massif Central qui est, à ce qu´il paraît, très intéressante en été. Je vous dirai ce que j´en pense la semaine prochaine et en même temps je vous donnerai mon adresse pour que vous puissiez m´écrire directement là-bas. J´espère recevoir votre réponse avant que je parte.
Vous savez, Manolo chéri, la pluie n´est pas toujours merveilleuse. Hier soir avec Arlette nous venions de Graulhet à bicyclette (à 18 km de Gaillac) et à moitié du chemin un orage nous a obligées à aller nous abriter à la première maison rencontrée. Nous y sommes restées de 6 h. à 7 h 1/2. Et tout en regardant tomber la pluie, une pluie diluvienne, je me disais "Il pleut, c´est merveilleux, je t´aime".  Je vous assure que lorsque le soleil est revenu, c´était encore plus merveilleux.
La pluie doit avoir son charme, mais lorsqu´on ne la reçoit pas sur le dos. Je l´adore, la regarde tomber de derrière les vitres, en ne pensant à rien, ou plutôt, si en pensant à quelqu´un que l´on voudrait près de soi en ce moment.
"Pour un coeur qui s´ennui, oh! le chant de la pluie" a dit Verlaine.  Il et vrai que c´est une délicieuse musique au rythme de laquelle on peut mettre toutes les paroles que l´on veut.
Ecoutez Manolo, je veux bien faire la géométrie avec vous, je ferais tout  ce que vous me demanderiez, mais ne me posez pas des problèmes si difficiles.
Je ne sais pas ce que c´est qu´un hexaèdre, alors je ne peux pas vous transformer de sphère en cette chose-là.  Je n´ai aucun pouvoir magique dans ce genre d´exercices, aussi je me déclare battue, mais je serais très contente si vous voulez me l´expliquer. Je m´instruirai un peu, je vous assure qu´en mathématiques, cela ne me fera pas mal. Manolo, je serai heureuse de vous avoir comme professeur, allez, je ne vous jouerai pas de méchant tour et votre élève qui trouve que "A+B-D n´est pas égal à "Je vous aime" sera un élève modèle.  Vous verrez, vous ferez de moi ce que vous voudrez (en mathématiques, j´entends!)
Vous n´aurez qu´à parler et vous serez obéi.  Ah! que ne ferait-on pas pour vous?
Aujourd´hui c´est la fête à la République; elle a 150 ans, pauvre vieille grand´mère pourvu qu´elle ne meure pas bientôt! (Elle est morte. Dieu ait son âme).
Savez-vous à (ce) que je travaille maintenant en Espagnol, je traduis vos poésies.  Je crois vous avoir dit déjà que j´étais enchantée de "crépuscule albigeuse".  Merci mille fois pour cette belle poésie et pour tout le travail que vous a demandé le joli petit cahier qui les contenait toutes.
Ce soir, chéri, si je vais danser je penserai à vous tout le temps, d´ailleurs cela ne me changera pas, je pense toujours à vous.
Au revoir petit ami, je vous quitte ce soir en vous disant "Du courage, je suis avec vous".
Je vous embrasse, mon cher petit, et je vous en prie, réagissez contre le mauvais sort, la vie sera belle bientôt. Vivons avec l´espérance, votre petite

Suzy.

TRADUCCIÓN

Gaillac, le 13 Julio 1939

Manolo, amigo querido, he vivido con usted horas bien angustiosas. Desde que me anunció su salida de St. Cyprien, esperaba con tanta ansiedad su carta ! Y ya está en Gurs, allí adonde se fueron los milicianos que habían venido a la Cruz Roja de Gaillac. Se alojaban en frente de mi casa y estaban muy a menudo en casa. Pero cuando se curaron tuvieron que irse, lo sentimos mucho pues eran muy simpáticos.
Le ruego de todo corazón, mi pequeño Manolo, no tiene que dejarse atrapar por el dolor. ¡Ah! Si yo pudiera hacer algo para hacerle salir de este infierno en el que vive. Pequeño amigo, si no puede escaparse corporalmente, salga del campo con el pensamiento, márchese lejos a través de las montañas y de la llanura, venga hasta aquí. Aquí le espero siempre, usted lo sabe, siempre estoy pensando en mi pequeño amigo querido. Sé que en esos campos no se puede vivir, realmente, pero los gendarmes y las alambradas no le impedirán llevar una intensa vida interior, tan bonita y tan fuerte que usted se olvidará de todo lo que le rodea.
Sí, mi Manolo, he recibido sus tres últimas cartas, primero la que contenía su cuaderno de poesías que he encontrado muy bonitas, magníficas. Creo en ese sentido habérselo dicho en mi carta que envié a Saint-Cyprien. Después una segunda a la que he respondido por la mañana en la que usted me anunciaba su marcha y que seguramente no ha recibido. No creo que se tomen la molestia de enviármela, pero dígame si por casualidad lo hicieran.
Tiene que ser valiente para atravesar esta prueba, mucho coraje, querido ; pero intente olvidar todo esto. Ah si pudiera estar allí realmente, le prometo que no sería desgraciado, qué horas tan bellas pasaríamos juntos, ¿no es verdad? Quizás un día….
Ahora que estoy de vacaciones le escribiré más a menudo que en la escuela (¡qué va a pasar). Usted también, ¿no? Le liberarán de su trabajo de St. Cyprien, al menos en parte, entonces quiero pedirle algo. ¿Podría escribirme cartas muy largas y escribirme más a menudo? Me sentiría muy feliz si usted pudiera. Sus cartas me hacen tanto bien y estoy tan contentar de recibirlas.
            El miércoles salgo para Gaillac para ir a pasar un mes en St-Antonin, una pequeña ciudad del Macizo Central que es, a mi juicio, muy interesante en verano. Le diré lo que pienso la semana próxima y al mismo tiempo le daré mi dirección para que pueda escribirme directamente allí. Espero recibir su carta antes de mi partida.
Sabe, Manolo querido, la lluvia no es siempre maravillosa. Ayer por la tarde veníamos con Arlette de Graulhset en bicicleta (a 18 kms. De Gaillac) y a mitad de camino una tormenta nos ha obligado a ir a refugiarnos en la primera casa que hemos encontrado.
Nos hemos quedado allí desde las 6 a las 7 h 1/2. Y además de mirar cómo caía la lluvia, una lluvia diluviana, me decía « Llueve, es maravilloso, te quiero. » Le aseguro que cuando el sol ha vuelto a aparecer, era todavía más maravilloso.
La lluvia debe tener su encanto, pero cuando no nos cae sobre la espalda. La adoro, la miro caer por detrás de los cristales, sin pensar en nada, o más bien, si, pensando en alguien que uno quisiera tener junto a sí en ese momento.
« Para un corazón que se aburre, oh, el canto de la lluvia » ha dicho Verlaine. Es verdad que es una deliciosa música al ritmo de la cual se puede poner todas las palabras que se quiera.
Escuche Manolo, quiero hacer la geometría con usted, haría todo lo que me pidiera, pero no me plantee problemas tan difíciles.
No sé lo que es un hexaedro, entonces no puedo transformarle esta esfera en aquello. No tengo ningún poder mágico en este género de ejercicios, por lo tanto me declaro derrotada, pero me gustaría que usted me lo explicara. Me instruiré un poco, le aseguro que en matemáticas, no me vendrá mal. Manolo, seré muy feliz de tenerle como profesor, vamos, no le jugaré malas pasadas y su alumna que encuentre que "A+B-D no es igual a « Le quiero » será una alumna modelo. Verá, verá, hará de mí lo que usted quiera (en matemáticas, por supuesto).
No tendrá sino a hablarme y le obedeceré. ¡Ah ! ¿qué no habría que hacer por usted !
Hoy es la fiesta de la República; tiene 150 años, pobre vieja abuela, mientras que no se muerta pronto! (Esta muerta. Dios tenga su alma)
Sabe qué trabajo ahora en español, traduzco poesías. Creo haberle dicho que estaba encantada con "crépuscule albigeuse".  Gracias mil veces por esta bella poesía y podo el trabajo que os ha exigido el bonito cuadernillo que las contenía todas.
Esta tarde, querido, si voy a bailar pensaré en usted todo el tiempo, no me cambiará esto, estoy con usted.
Adiós pequeño amigo, le dejo esta tarde diciéndole « Coraje, estoy siempre con usted. »
Le abrazo, querido amigo, y se lo ruego, reaccione contra la mala suerte, la viera será bella pronto. Vivamos con la esperanza, su pequeña.
Suzy.