Mañanita de San Juan

MAÑANITA DE SAN JUAN [1]

JUGUETE CÓMICO de costumbres fiteranas de antaño, en un acto y en prosa.

 Manuel García Sesma

Lugar de la acción: la calle fiterana de San Juan, al comienzo del tercer decenio del siglo XX.
Personajes masculinos: el Abanto, el Afilador, el Cambriles, el Capón, el Coyo, el Chafandín, el Desdentao, el Emilio, el Espabilao y el Potranco.
Personajes femeninos: La Bailona, la Botera, la Bruja, la Canija, la China, la Lutana, la María José, la Meregilda, la Merma y la Pachilla.
Escenario: simulará la calle de San Juan, adornada en lo alto con cadenetas de papel, farolillos a la veneciana, flores y ramaje; y lateralmente con dos grandes muñecos de paja (hombre y mujer), uno frente al otro. Al fondo, habrá un piano frente al cual estará sentado el Emilio, con antiparras negras de ciego; y a la izquierda, una mesita. Al levantar el telón, aparecerá una procesión de vecinos y vecinas, con cabos de vela encendidos, en la mano o en palmatorias, acompañando a una imagen de San Juan, portado en andas por dos hombres y dos mujeres.  Irán cantando los viejos versos:

De mujeres no ha nacido
ninguno mayor que Juan, an, an, an.

La Botera (atajándolos): Bueno, bueno. Ya está bien.  Calláisus de una vez. (Se callan). Ahura, poned el Santo sobre la mesita y vamos a cantarle, con toda formalidad, los versos que nos ha´icho el Emilio.

El Emilio (volviéndose hacia ellos): ¿Pero ya os los habéis aprendido....?

Todos: Siiii.

El Emilio: ¿Y no vais a desentonar....?

Todos: Noooo.

El Emilio: Por si acaso, tú, Coyo, y tú, Bruja, os calláis, porque tenéis la voz más ronca que las ranas y desentonáis más. (Se pone a tocar).

Todos (cantando, con la música de las "Mañanitas mexicanas"):
Los vecinos de esta calle
su Patrón te proclamaron
y con cariño sincero,
nosotros te saludamos.

Que este día de tu fiesta
transcurra con alborozo
y durante todo el año,
vela por todos nosotros.

Como sabemos que tienes
mucha influencia con Dios,
con fervor a ti acudimos,
buscando tu intercesión.

Pídele que no nos llueva,
antes de acabar la trilla,
y que no nos apedree,
antes de hacer la trilla.

Todos (gritando): ¡Viva San Juan!, ¡Viva nuestro Patrono!

La Botera: Ahura llevarus el Santo a casa de la Lutana y no sus lo dejéis caer por el camino, como el año pasau.
(Se lo llevan los que lo trajeron).

El Abanto: Solo nos faltaba-iso, pues el Mariano no nos iba a mercar otro.

La Pachilla: A propósito, vamos a dar un ¡Viva! a Mariano Val [2], por habernos regalau este Santo nuevecito.

Todos: ¡Viva el Mariano!

El Capón: Toma, y otro al Emilio [3], por habernos hecho los versos.

Todos: ¡Viva el Emilio!

El Desdentao: Bueno, bueno: ¿y la chocolatada pa cuándo...?

La Meregilda: ¡Jolines!, ¡qué prisa tienes, Desdentau! ¿Es que no cenaste anoche u qué?

El Desdentao: Sí que cené: una fuente de sopas de ajo y una docena de pimientos morrrones que parecían los morros de una vaca lechera. Pero es que ahura me están diciendo las tripas: ¡Ichame pienso!, ¡íchame pienso!

La Botera: Pues ya te lo vamos a ichar, hombre.  Pero no te creas que va a se un pesebre lleno, como a tu burro, el Desgalichau...

La Lutana: ¿No sabes que el chocolate es una lambinería..? Pues las lambinerías cuestan caras y hay que tomarlas en pequeñas porciones.

El Desdentao: ¡To!, pero pa-iso me he traído un saquete de curruscos.

La Meregilda: ¿Y qué t´has creído: que vas a meter toda esa munición en el chocolate...? ¡Ay, qué salao..! Lo qu´es como no los remojes en el agua del Pozo...

El Potranco: Bueno, bueno. Basta de habladurías, y dejad poner ya los bancos y los tablones. ¿O pensáis comer en el suelo, como los moros...?

El Coyo: Pues a mi tanto me da.  Lo que quiero es comer cuanto antes: de pie, sentau u echau.

La Canija (con burla): ¿Y por qué no pruebas a hacerlo con una pata en el aire, como las cigüeñas..?

El Coyo: ¡Mira tú qué graciosa! ¿Y tú, por qué no pruebas a hacerlo en cuclillas, como los sapos..?

El Capón (saliendo, por la derecha del escenario, de espaldas y llevando un tablón, ayudado por el Cambriles): ¡Cuidau!, que te pillo (empujando a la Bailona).

La Bailona: ¡Jolín!, ¡qué bestia!

El Capón (con sorna): El mono serás tú, zopenco.

El Afilador (interviniendo conciliador): ¿Es que ahura vais a armar aquí la gresca..? Tendría gracia.

El Potranco: Hacerus todos a un lau, pa que acaben de colocar los tablones y los bancos. (Los irán colocando lateralmente el Desdentao, el Capón, el Espabilao y el Cambriles, quienes pondrán los tablones sobre tres toneles).

La Botera: tú, Merma, vete a ver si y´han hecho la chocolatada la Bruja y la China y pregúntales si ya trajeron las huecas. (La Merma se va).

La Lutana (dirigiéndose a los demás): ¿Y vosotros ya habéis traído vuestros curruscos..?
Todos: Siiiiii

La Meregilda: Pero m´imagino que no traeréis cada uno un saquete, como el Desdentao.

La Canija: No; solamente un taleguillo.

La Meregilda: Está bien.

La Botera: A sentarse todos. (Lo hacen, sentándose la Botera sola en un extremo, como presidiendo). Y ahura, vosotros, majos (dirigiéndose a los varones), ¡ojo con las manos....!

El Chafandín: ¿Es que vamos a comer con los pies u qué..?

La Botera: No t´hagas el bobo, Chafandín. Ya sabes lo que quiero decir...

El Espabilao (con sorna): Pues yo no lo sé...

La Canija: ¡Ah!, ¿no..? Pues entonces, en vez d´Espabilao, eres un perantón.

La Botera (levantando la voz): Pues quiero decir que no metáis mano a vuestras vecinas. ¿M´entendeis ahura..?

La Bailona: ¡Menudo sopapo que le voy a dar yo al que s´atreva..!

El Abanto (con burla): No tengas miedo, Bailona: que ninguno se va a meter con ti. ¡Vaya gusto qu´iba a tener..!

La Bailona: ¡Mira este escabeche bonito! Se cree Rodolfo Valentino.  Pues, anda, que la que cargue con ti, va ir bien apañada...!

La Merma (regresando): Bueno: han dicho la Bruja y la China que sus esperéis un ratillo, porque la leña está un poco verde y no arde bien.

El Chafandín: A ver si ahura nos traen el chocolate ahumau, como un chiminea, y no hay quien lo pase por el galganchón...

La Lutana: ¡To! Como tú no has probau el chocolate, desde la sanjuanada del año pasau, no creo que l´ibas a notar mucho...

El Chafandín: ¡Vaya con la ricachona! ¿Es que tú lo tomas todas las tardes, pa merendar..?

El Coyo (con ironía): Sí, sí: con bizcochos, con leche y bolaus, como las marquesas...

La Botera: Bueno, bueno. Basta ya de dimes y diretes.  A ver: mientras acaban de preparar la chocolatada, vamos a ajustar cuentas.  Ya sabéis el refrán de que “las cuentas, claras y el chocolate espeso”. Pero primero de todo las cuentas.  De manera que preparaus a soltar la tela, ¿estamos..?

El Potranco: ¡Caray!, ¡qu´interesada! ¡Ni que fueras prestamista..!

La Botera: Ni interesada ni cuernos. ¿O es que queréis desayunar de gorra..? ¡Atención! Las cuentas claras son éstas: Dos libras de chocolate superior, compradas al Tío Basilio Larrea, nueve riales.

El afilador: Oye, Botera: ¿pero de verdad es superior... o es inferior..? ¿No nos vas a dar gato por liebre..?

La Botera (enfadada): Escucha, majo: ¿m´has tomau por una robaperas ..? Si tienes sospechas, vete a preguntárselo al Tío Basilio y te sacará de dudas.

La Lutana: No le hagas caso, Botera. Lo que pasa es que este mostrenco no prueba el chocolate superior en todo el año. ¡Qué sab´él de superior ni de inferior..!

El Abanto: Bueno, bueno: no fuchais. ¿Acabáis ya de interrumpir u no..? Botera, sigue con la cuenta.

La Botera: 20 huecas compradas al Tío Pona, 24 riales.

La Canija: Pido la palabra, Botera. Es pa-una aclaración en serio y como está mandau.  Si no somos más que deciocho, ¿por qué has encargau 20 huecas..?

La Botera: ¡Toma!, pues una pa Emilio que toca el piano y nos ha compuesto la música y los versos, y otra pa María José, que va a venir a cantarnos unas jotas. ¿O es que no se merecen que los convidemos..?

Todos: Siiiii.

La Botera: Pues, bueno, ya está aclarau.  Y ahura no me interrumpáis más y dejadme acabar la cuenta, porque, a-iste paso, como esté ya hecho el chocolate, se va a poner más espeso qu´el barro del Terrero.

La Canija: Y como lo hayan retirado ya del fuego, va a estar más duro que una gamella de yeso seco.

La Lutana: Merma, vuelve a la cocina a ver cómo anda. (Se marcha ésta).

La Botera: Caballeros y caballeras, como dice el Cuadrau: ¿es que puedo ya acabar de hacer la cuenta..? ¿Sí o no?

Todos: Siiiii

La Botera: Decía que dos libras de chocolate superior, 9 riales; y 20 huecas, 24 riales. Total, 33 riales. De modo que repartidos entre 18, nos toca a 46 céntimos por barba; o sea, pa quéntendais mejor: a 1 rial, 2 ochenas y 1 céntimo.

La Meregilda: ¿Y el cuarto y el céntimo que sobran..?

La Botera: ¡Caray!, ¡qué lista qu´eres pa las cuentas! No te preocupes que no me los voy a quedar yo.  Vente con mi a la iglesia y los echaremos en la cajeta de San Antonio pa que busque novio a las solteras de la calle que no lo tienen y se están poniendo jamonas...

La Meregilda: Pues los echas tú sola.

La Botera: De acuerdo. Tú, Canija, toma este talego, pa que te vayan echando el escote y ten cuidau de que no te metan alguna ochena o alguna perrilla falsa, porque, el año pasau, me metieron a mi nada menos que cuatro.

La Canija (dirigiéndose al Cambriles): Vente con mi, Cambriles, pa que vayas mirando y contando los maíses, antes de echarlos al talego.

El Cambriles: A ver tú, Sinforosa: suéltame la mosca. (La Pachilla o Sinforosa le da los cuartos y el Cambriles los mira y cuenta, antes de dárselos a la Canija).

La Pachilla: ¿Está bien?

El Cambriles: Sí; exacto. (Se los da a la Canija, la cual los echa al talego, como irá haciendo sucesivamente). A ver, tú, Cosme, alárgame el cobre.

El Chafandín (o Cosme): Ahí lo tienes.

El Cambriles (siempre mirando y contando): Justo. ¿Y tú, Potranco..?

El Potranco: Ahí van 3 ochenas, 2 perillas, 2 cuartos y 2 céntimos.

El Cambriles: Oye, majo: si todos traen, pa pagar el escote, 9 piezas de calderilla, como tú, en vez de meterlas en el talego, vamos a tener que recogerlas en un cunacho.

La Canija: A ver, tú, Capón.

El Capón: 4 ochenas y 3 cuartos.

La Botera: Fíjate bien, Cambriles: que no me fío d´este pájaro, pues me paice que fue él quien me metió, el año pasau, una perrilla falsa.

El Cambriles: Oye, Capón.  Esta ochena no es de recibo.

El Capón: ¿Por qué..?

El Cambriles: Porque, en vez de una perra gorda, tiene una mujer con el calcetín en la cabeza.

La Pachilla: A ver, a ver. (La mira). Además hay unas palabras que yo no entiendo.

El Capón: ¿Pero cómo las vas a entender tú. Si no sabes leer...? ¡Ay!, ¡qué chistosa!

El afilador: Dámela pa que las lea yo (Se la da y se pone a leer tartamudeando). Re-re-pu-pu-bli-bli-que. Fran-ca-ca-ca...

La Bailona (interrumpiéndole): Oye, Afilador: que huele mal y vamos a comer...

El Afilador (terminando): Fran-fran-caise.

El Coyo: Pues yo no la hi fabricua. A mi me l´han dau, en alguna tienda.

El Cambriles: Pues mira, Capón: Cuando vayas a moler trigo al molino, se la das al Tío Casimiro Francés, que debe vender chocolate en Francia. Así que suéltame otra buena y guárdate ésa pelandrusca francesa. (El Capón se la da y recoge la ochena falsa).

La Canija: A ver, tú, Espabilao.

El Espabilao: 4 ochenas, 1 perrilla y 1 céntimo.

El Cambriles: Está bien.

El Botera: Eh!, Cambriles: Toma también mi parte.

El Cambriles: Justo.

La Canija: A ver, tú, Lutana.

El Cambriles: ¡Caray! ¿De caza o de dinamita..?

La Lutana: No t´hagas el gracioso. Un cartucho de 50 piezas de un céntimo.  Ya sabes que a mi madre se los dan en la tienda por docenas.  De manera que devuélveme dos cuartos, que es lo que me sobra.

La Canija: Pero ¿ya está completo el cartucho..?

La Lutana: Cuéntalo, si es que no te fías.
El Cambriles: Bueno; ya lo veremos después.  A ver, tú, Desdentado.
El Desdentao: Ahí tienes 5 ochenas, y devuélveme 4 céntimos.
El Cambriles: Tómalos. ¡Caray!, ¡qué bien calculadas tenéis todos las vueltas!
El Coyo: ¿Qué quieres? ¿Aprovecharte de la ignorancia..?
El Cambriles (con sorna): Sí, hombre: pa hacerme millonario con dos perrillas... ¡Amos, anda! A ver, tú, Meregilda.
La Meregilda: Una peseta.
El Cambriles: ¡Cómo se conoce que eres rica, eh? A ver, Canija: devuélveme dos cuartos y ese cartucho de dinamita.

La Canija: ¿Y tú, Bailona...?

La Bailona: Una peseta.

El Cambriles: ¡Vaya!, otra rica. Canija: devuélveme 5 ochenas y dos cuartos. ¿Y tú, Merma..?

La Merma: 4 ochenas, 1 perrilla y 1 céntimo.

La Canija: Justo.

La Botera: A propósito, Merma. Vuelve a ver si la China y la Bruja han hecho ya el chocolate y no les ha salido apelmazau ni socarrau. ¡Ah!, y tráite de paso dos jícaras; pero vacías.

El Cambriles: Tú, Afilador: apoquina el escote.

El Afilador (sacando un moquero y desatando el nudo en que lleva el dinero): Ahí va.
La Canija: Oye, Afilador: ¿No están manchados de mocos..?

El Afilador: No tengas reparo, que no me los limpio con el ñudo.

El Cambriles: ¿Y tú, Coyo..?

El Coyo: Aquí los tienes justos.

El Cambriles: Ya, ya: pa que no m´aproveche de tu ignorancia ¿No es eso..?

La Canija: A ver, tú, Abanto.

El Abanto: 5 ochenas. Devuélveme dos cuartos.

El Cambriles: ¿Y tú, Espabilao..?

El Espabilao: 3 ochenas, 3 perrillas y 1 céntimo.

El Cambriles: Oye, Espabilao: ¿estas ochenas las has tenido escondidas en el fiemo del corral..?, pues no pueden estar más negras y sucias.

El Espabilao: ¿ Y yo, qué culpa tengo..? No pretenderás que las lave en casa con jabón y con esparto, pa que no t´ensucies tú las manos...

El Cambriles: Desde luego; pero es que están sudando porquería, como un lechón revolcau en un charco.

El Espabilao: Pues te las doy como me las han dado a mi.

La Canija: Bueno, bueno: no discutáis. Echarlas al talego.

El Cambriles: Ahura faltamos la Canija y yo.

La Pachilla: ¡Toma!, y también la China y la Bruja.

La Canija: Eso es: trabajar gratis y encima poner dinero. ¡Qué lista eres, Pachilla!

La Pachilla: ¡To! ¿Te crees que no se tomarán antes de bajar el chocolate que quieran...? Bien tontas serían.

El Potranco: ¿Sabes este refrán, Pachilla..? Le paice al fraile que todos son de su aire...

El Cambriles: Bueno, Canija: Ahí tienes lo mío; cuéntalo.

La Canija: Está bien.  Y tú, Cambriles, lo mío. Que lo cuente la Pachilla, que no se fía de nadie.

La Pachilla: No hace falta.

El Cambriles: Está bien; y la China y la Bruja ya pagarán, cuando vengan con el chocolate.

La Botera (dirigiéndose a todos): ¿Se acabó ya la cuenta y el cuento..?
Todos: Siiiiiii.
La Botera: ¿Tenéis que hacer alguna reclamación?
Todos: Nooooo
(En este momento aparecen en escena la China y la Bruja trayendo dos grandes perolas de chocolate humeante; y la Merma con dos escudillas vacías.)
La Botera: Dejadlas en esa mesilla antes de empezar; y por de pronto, pagad vuestro escote, pa que no s´enfade la Pachilla.  Son 46 céntimos cada una.  Dádselos al Cambriles.

La China: Toma 5 ochenas.

El Cambriles: Aquí tienes la vuelta.

La Bruja: Y toma 9 perrillas y 1 cuarto.

El Cambriles: Está bien.

(En este momento, entra en escena Aquiles Alfaro, con una gran bandeja de churros.)
Aquiles: Buenos días, señores. Aquí les traigo esta bandeja de churros de parte de mi hermano Manuel Alfaro, el oficial de Correos. (La pondrá delante de la Botera). Como se ha enterau de que su compañero de Correos Mariano Val, os ha regalau el San Juan nuevo, mi hermano quiere, a su vez, regalaros esta bandeja de churros, para que celebréis su fiesta.

Todos: ¡Viva Manuel Alfaro! ¡Viva Mariano Val! ¡Viva el Cuerpo de Correos!

El Desdentao: ¡Y vivan los churros!

Todos: ¡Vivan!

La Botera (a Aquiles): ¿No quieres quedarte a tomar el chocolate con nosotros..?
Aquiles: No. Muchas gracias.  Os lo agradezco, pero ya lo he tomado en mi casa.

La Botera: Las gracias a ti y a tu hermano.  No dejes de dárselas, cuando le escribas. (Aquiles se va y, a continuación, aparece en escena María José).

María José: Buenos días, señores.

Todos: Muy buenos.

La Botera (a María José): No puedes llegar más a tiempo, pues todavía no hemos empezau el chocolate.  De manera que siéntate ahí, junto a Emilio, y os lo tomáis solos, encima del piano, mientras que yo hago el reparto a los demás. Oye, Merma: cierra el piano, llévales una jícara de chocolate a cada uno y enseguida, dales una hueca y dos churros que te voy a cortar ahura mismo.  (La Botera saca entonces una gran navaja albaceteña).

El Abanto (con admiración): ¡Vaya faca tremenda, Botera! ¿Es pa-estripar cabritos..?

La Botera: Sí, y ca ...... bestros, como tú, mostrenco.

El Abanto: Bueno, no insultar, ¿eh?, Botera.

El Desdentao (vociferando): Pero ¿vamos a empezar, de una vez, sí o no ..?, porque yo tengo mucha hambre.

La Meregilda (con sorna): Ya lo sabemos, y las tripas t´están pidiendo: Échame pienso, échame pienso. ¿No es eso..? Ya nos lo has dicho antes.

La Botera: Pues te vas a esperar aún una miaja, Desdentao, porque hay que repartir antes las huecas y los churros. Oye, Canija: trae las huecas y da una a cada quisque (Lo hace). Y tú, Merma, les vas dando los churros que voy cortando. (Se pone a hacerlo).

El Capón: Me parece que entretanto el chocolate se va a poner más duro que un ladrillo.
La China: No te apures, que lo himos traído hirviendo.

La Pachilla (a los hombres): No paice sino que no habéis comido desde hace un mes.

La Bailona (a los mismos): Si tenéis tanta hambre y no sus podéis aguantar, ahí cerca está el Pozo. Coged unos curruscos y arremojadlos en el agua.

El Espabilao: Eso es; y vosotras os comeris todos los churros, ¿no es eso...? ¡Ay!, ¡qué listas sois!

La Botera: Bueno, pues antes de poneros las perolas, unas advertencias, majos.  A ver si coméis como Dios manda y no hacéis como los cerdos, que meten las patas en la gamella.  Nada de meter todos a la vez las patas, digo, las manos en las perolas, sino uno a uno y por turno; y hasta que no acabéis las huecas y los churros, no empecéis con los curruscos, pues, a lo mejor, tienen ya más de un mes y están encanecidos.

El Cahafandín: Oye, Botera: que no los hemos recogido de limosna, ¿eh?

La Botera: Y la última advertencia: No metáis los dedos en el chocolate, pues algunos no se han lavado seguramente las manos, hace una semana, y tienen las uñas más negras que el hollín.

El Afilador: Oye, maja: ¿quieres que vayamos antes a lavárnoslas al guache, con jabón Lagarto y azulete..? ¡Caray!, con la “señorita” Botera...!

La Botera (enfadada): Yo no soy una “señorita”, sino una mujer limpia, pues también hay señoritas marranas, ¿os enteráis...?

El Potranco: Está bien, Botera.  Cállate. Cállate de una vez, y tú, Merma, pón ahí las perolas. (Las pone, colocando una entre cada seis comensales).

María José (interviniendo conciliadora): Bueno, bueno: pa que las calméis y comáis a gusto, voy a cantaros unas jotas, acompañada por Emilio. (Abre entonces Emilio el piano, después que la Merma ha quitado el papel de estraza y las jícaras, y canta María José, acompañada por él, con una jota cualquiera, las letrillas siguientes):

                   Las mocitas de esta calle
                   a San Juan le piden novio,
                   porque no les hace caso
                   el bendito San Antonio.  (Aplausos)

                   Como hoy Santa Catalina
                   no nos enseñó su rueda,
                   iremos a la del Raña,
                   donde nunca faltan viejas.  (Aplausos)

                   Glorioso San Juan Bautista,
                   que administraste el bautismo,
                   no dejes que nos bauticen
                   la leche, el anís y el vino.  (Aplausos)

                   Por una hebrea a San Juan
                   le cortaron la cabeza,
                   y por una fiterana,
                   el Cambriles va a perderla.  (Aplausos)

La Botera: ¿Ya habéis acabau de comer..?

Todos: Siiiii

El Desdentao: Pero todavía me quedan a mi unos mendrugos.

La Canija: Naturaca.  Con el saquete de curruscos que has traído, hubiera hecho falta, para ti solo, un balde de chocolate...

La China: Pues ya no queda nada, tragaldabas.  De manera que te vas a remojarlos y a comértelos al Pozo, o te los vuelves a tu casa en el saquete, pa el año que viene...
.
La Botera: Bueno; ya sabéis el refrán de que tras la panza viene la danza.  Así que tú, Cambriles y compañía, retirad todo este tinglao de tablones, toneles y bancos, y tú, Merma, llévate las perolas y las jícaras, y vamos a cantar y a bailar en corro las tradicionales coplas de San Juan.

(Se ponen a retirar del escenario todos estos estorbos. El afilador da con un banco a la Bailona por detrás.)

La Bailona: ¡Cuidau, Afilador!, que me vas a romper la saya.

El Afilador: ¡Bah!, como es por detrás, no tendría mucha importancia. Si fuera por delante...

La Bailona: Mira el soso éste: también sabe decir chorradas. (El Potranco empuja, a su vez, con un tablón, a la Bruja).

La Bruja: Oye, Potranco: ¿te-aicho daño el chocolate u qué..?

La Lutana: Claro, la falta de costumbre...

El Potranco:  A mi no mi-hace daño ni un litro de chocolate ni un decalitro de vino.  Pa que t´enteres.

La Pachilla: ¡Claro! Como que es el Rey de Copas de la taberna del Tío Valija..! ¿No lo sabíais..?

El Coro:                La mañana de San Juan
                            ¡qué bien te jaleabas!,
                            con tus zapatitos blancos
                            y medias caladas.

El Cambriles:                  Me tiraste un limón,
                            me distes en la cara;
                            todo lo puede el amor,
                            morena resalada.

El Coro:                San Antonio tiene fama
                            de casamentero;
                            mas los mejores noviazgos
                            son los sanjuaneros.

La Canija:             La mañana de San Juan,
                            enamoré a Jacinto,
                            y me casaré con él,
                            al volver del servicio.

El Coro:                En la calle de San Juan
                            hay tantas mozas guapas
                            que ni un solo mozo viejo
                            queda ya en sus casas.

El Cambriles:                  Cinco duros me costó
                            la cinta de tu pelo;
                            y aunque me den un doblón,
                            ni lo doy ni lo vendo.

El Coro:                Apostamos dos pesetas
                            a que, dentro un año,
                            la Canija y la Lutana
                            ya se habrán casado.

A continuación, rompen el corro y empiezan a cantar, formando un bolo:

1 de enero, 2 de febrero, 3 de marzo, 4 de abril,
5 de mayo, 6 de junio, 7 de julio San Fermín.
         A Pamplona hemos de ir,
         con una media, con una media:
         a Pamplona hemos de ir,
         con una media y un calcetín.
Telón.


[1] Este Juguete Cómito fue escrito por Manuel García Sesma en 1978, para ser estrenado en el Colegio Juan de Palafox.

[2] Mariano Val Chivite. Médico.
[3] Emilio Val Chivite.

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